Esto lo escribí para un disco de Sebastián Ramírez, como introducción a su hermosa “Zamba del runa uturunco”, que pueden escuchar en www.myspace.com/sebaramirez .
EL RUNA UTURUNCO
El Jaguar o Yaguareté(en el área guaranítica), o Uturunco y Uturungo (en quechua y quichua), también Nahuel(en mapuche) o simplemente Tigre o El Obero, habitó buena parte de las Américas, desde el Noroeste de los Estados Unidos hasta el extremo Norte de la Patagonia. Hoy está confinado en sectores de monte o selva y como es de suponer, en vía de extinción.
Su porte, su bello pelaje, su mirada amarilla y sus habilidades de formidable depredador, ha generado admiración, pero también miedo. Domingo Faustino Sarmiento cuenta en “Facundo”:
“…es el bramido del tigre un gruñido como el del cerdo, pero más agrio, prolongado, estridente, y que, sin que haya motivo de temor, causa un sacudimiento involuntario en los nervios, como si la carne se agitara, ella sola, al anuncio de la muerte...”. Importa aclarar que solo ataca si está amenazada su cría o acorralado y sin salida. En circunstanciales encuentros con humanos prefiere huir, porque les teme.
En Argentina, la creencia popular ha generado leyendas y toda una mitología en torno a este gran gato, una de ellas es la del “Runa Uturunco”(hombre tigre), difundidaen las provincias del Noroeste. Esta metamorfosis, dicen, es causa de un pacto diabólico de hombres que quieren vengarse de personas que alguna vez le hicieron daño. Para transformarse en Uturunco, solo le vasta revolcarse, de izquierda a derecha, sobre un pedazo de piel de tigre que lleva consigo y decir frases ininteligibles o rezar un credo al revés. Ya convertido en felino, ataca a sus enemigos hasta matarlos y robarles todas sus pertenencias. Para recuperar su aspecto de ser humano, solo debe realizar la misma operación pero en sentido contrario. Este mito tiene su correspondiente con muchísima similitud en las provincias de la Mesopotamia, allí lleva el nombre de “Yaguareté Abá” (indio tigre).
En la Cultura Popular habitan seres sobrenaturales y demás supersticiones, que fueron creados por esa ancestral necesidad del hombre de entender su destino, dudas, temores, religiosidad y muchos sueños no realizados, acaso porque que el conocimiento científico, la religión oficial y la sociedad toda no les han dado respuestas.