Cocho Pedraza
  Rock de los 70 a los 90
 

ROCK ARGENTINO  (Entre1970 y 1990)

                                               Sin datos sobre el autor de esta investigación.

En Belgrano surgió Almendra, con Luis Alberto Spinetta a la cabeza. En Caballito de la unión de Charly García y Nito Mestre se forma Sui Generis. Miguel Peralta, cantante folklórico, se asomó un día por La Cueva y aceptó como desafío y a modo de repudio cantar “Vidala del angelito”. Lo aplaudieron a rabiar. Muy pronto se haría llamar Miguel Abuelo. El grupo conformado por Gabis, Martínez y Medina tocaba Blues y se llamaba Manal. Miguel Abuelo junto con Los Abuelos de la Nada, logró un contrató con la CBS. Almendra tuvo mejor suerte y su tercer simple se convirtió en un éxito: “Tema de Pototo” y luego con “Muchacha, ojos de papel”, que se convertiría en otro gran clásico del rock nacional. Un grupo de Quilmes llamado Vox Dei venía pisando fuerte. Su primer simple “Azúcar amarga”, dejó claro su enorme potencial. Los festivales comienzan a ponerse de moda. El primer concierto masivo fue el Festival Pinap, organizado por la revista del mismo nombre. 12.000 personas llegaron al lugar para ver los shows de Almendra, Manal y otros grupos de barrio. Pappo forma Pappo’s Blues, hoy una leyenda. La relación de los de Almendra se desgastó y terminaron separándose. Manal grabó un disco brillante, pero el sello comenzó a zozobrar financieramente y Manal se separó.

En 1971, Vox Dei dejó grabada la primera obra conceptual : “La Biblia”. Los medios de difusión seguían vedados para la gran mayoría de los rockeros.

En el período 72-73 se produjo un sub-movimiento que, resistido en un principio por los propios rockeros, logró finalmente allanar el camino de la masividad: el rock acústico. Color humano, Pescado Rabioso, Aquelarre, Vox Dei, Arco Iris, Alma y Vida, Moris, Litto Nebbia, Billy Bond y La Pesada del Rock And Roll, Pappo’s Blues y algunos pocos más, eran los nombres importantes del panorama, pero la aparición del rock acústico de la mano de León Gieco, Raúl Porchetto, Miguel y Eugenio y Sui Generis modificó las estructuras musicales y amplió el horizonte. Ya no se necesitaban instrumentos eléctricos para comunicar el mensaje del rock. En el auditorio Kraft de la calle Florida, se produjo un "acústicazo" de entrecasa. León Gieco, Raúl Porchetto y Sui Generis brindaron dos shows sorpresivos bajo el nombre de Porsuigieco.

Los grupos más populares del ‘75 fueron Aquelarre, Invisible y Sui Generis que con "Confesiones de Invierno" , consolidó su prestigió y pegó el estirón con "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones". Ese disco fue censurado por ser una sátira sobre la vida política del país. Tuvieron que dejar afuera dos temas "Juan represión" y "Botas locas" y pulir tres temas. Un grupo similar a Sui Generis fue Vivencia quienes lograron el éxito con el tema "En mi cuarto".

Ya en 1975, Sui Generis era el número indiscutido del rock argentino y su separación a fines de ese año congregó una verdadera multitud en el estadio Luna Park. El 24 de marzo de 1976, la presidenta Isabel Perón es derrocada por un golpe militar, y el nuevo gobierno ajustaría las clavijas, ya instaladas, en el rock que como movimiento joven, pasa automáticamente a ser considerado sospechoso. Con la separación de Sui Generis tres nuevas agrupaciones surgieron y captaron la adhesión de un amplio sector de audiencia. Los Desconocidos de Siempre ( Nito Mestre ), La Máquina de Hacer Pájaros ( Charly Garcia) y Polífemo ( David Lebón ). Muchos de los pioneros del rock argentino había emigrado al exterior en busca de nuevos horizontes. Ya no estaban Edelmiro Molinari, Miguel Abuelo, Miguel Cantilo, Aquelarre, Claudio Gabis, Javier Martinez y otros, pero Invisible, Gieco, Porchetto, Alas, Arco Iris, Soluna, Nebbia Trío, Espíritu, Crucis, El Reloj y muchos más cubrían las necesidades de un público que seguía aumentando el número. El rock seguía adelante pero el clima de represión y terror comenzó a hacer sentir. Muchos músicos eligieron exiliarse. Otros optaron por resistir.

En la argentina de 1976, nadie podía sentirse seguro. El rock no era la excepción a la regla. Segunda Década (1977-1987) Este se inició dentro del periodo histórico conocido como la "Gran Crisis", que coincidió con los peores años de la dictadura militar, y con la desaparición de los grupos más importantes. El rock había ganado terreno en los medios de comunicación, pero seguía habiendo escollos insalvables. Revistas como " Expreso imaginario ","Estornudo "," Algún Día"y" Roll", en distintos momentos y con distintos logros, sirvieron para apuntalar la difusión del movimiento, algo en lo cual colaboraron infinidad de revistas subterráneas. El 11 de noviembre de 1977, Charly hace un recital como despedida que se llamó "Festival del amor". Allí volvería a juntarse Sui Generis de manera informal, La Máquina tocaría por última vez y estarían presentes todos sus amigos. Algo así como la primera formación de Serú Giran. Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Rodolfo Mederos y Domingo Cura participaron de un espectáculo llamado "Encuentro". En 1978 vuelve a la carga Pappo’s Blues. A León Gieco, con “El fantasma de Canterville”, y Nito Mestre y los desconocidos de siempre, con su primer álbum, les fue muy bien. Ricardo Sóule se habría de Vox Dei y Litto Nebbia preparaba el equipaje para radicarse en México por algunos años. El exilio también alcanzó a León Gieco. Cuando la fiebre del fútbol mundial taponaba cualquier intento musical, un nuevo fenómeno daba sus primeros pasos coincidiendo con una supuesta muerte del rock propagada por cierta prensa. Serú Giran cambió las cosas, rescató la energía, el encanto de la canción, el fiel reflejo de una realidad agobiante, y la participación del público en los recitales. La reunión de Almendra contribuyó al replanteo de las estructuras musicales. Y el rock recuperó gran parte de su publicó. Esta fue un buen negocio y sin darse cuenta el rock cayó en un periodo de "revival" que estancó nuevamente el panorama. Muchos renombres engrosaron la lista de los reaparecidos: Manal, Moris, Espíritu, El Reloj, Pedro y Pablo. Estos últimos fueron fundamentales en la nueva tendencia que se impondría poco tiempo después: la canción contestataria.

El 24 de marzo de 1976 un Golpe de Estado dio inicio al período más oscuro y sangriento de la historia argentina. Los músicos de rock, considerados "subversivos", sufrieron los embates de la dictadura militar. Muchos se vieron obligados a irse del país. Otros buscaron resistir e insistir con su arte. Ser joven era ser "sospechoso", estar asociado a "cosas raras". Para muestra basta un botón: en noviembre de 1977, el almirante Emilio Massera dio un discurso en la Universidad del Salvador, e instó a no seguir el ejemplo de los jóvenes "que se inician en el rock y derivan en la guerrilla". Eran tiempos de la película "Fiebre de sábado por la noche", la música disco, el baile que sustituía al canto, y el inglés que reemplazaba al castellano. Escuchar rock o asistir a los pocos recitales que se hacían era un símbolo de resistencia.

El genio de Charly García hizo un aporte fundamental, acompañado por excelentes músicos. Con David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro formó Serú Girán, banda que muchos definieron como "Los Beatles argentinos". Sus letras lograron gambetear la censura del terrorismo de Estado. Con sutileza, energía e ingenio, las canciones de Serú se convirtieron en himnos para la juventud. Grabaron su primer disco en mayo de 1978, a pocos días de comenzar la euforia por el Mundial de Fútbol.

Algunos clásicos intentaron la vuelta, como Manal, Almendra, Moris y Miguel Cantilo. Pappo fundó el grupo Riff, con un perfil de rock más pesado que Pappo's Blues, su anterior banda. En La Plata nacía Virus, una expresión new wave de los hermanos Federico y Marcelo Moura. El rock andino tenía sus representantes en Los Jaivas, Ollantay y Tantu Kay. En Mendoza debutaban Los Enanitos Verdes. Otros protagonistas de esos años que pisaban los '80 eran Spinetta Jade, Suéter, Dulces 16, Ariel Prat y su Banda Elástica, Rubén Rada, Alejandro del Prado y Solopororó, liderado por Alejandro Lerner. Había música para todos los gustos en los circuitos de bares y recitales, pero las radios le daban la espalda. Hasta que una locura militar le abrió una puerta inesperada al Rock Nacional.

Ya comenzaban a aparecer los nombres que marcarían los años ‘80. Por un lado Pappo despedía a Pappo’s Blues y presentaría en sociedad a Riff. Por el otro, se formaban bandas como Dulces 16 y Virus, que comienzan a remar desde La Plata, lugar que albergaba a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Manal se volvió a juntar. Serú Giran hace un recital gratuito en La Rural al que acuden 60.000 personas. Raúl porchetto alcanza un pico de popularidad con Metegol, al igual que La Banda, grupo de Rúben Rada. La peor represión de la dictadura militar había pasado en 1981, y muchos músicos regresan al país, par júbilo de sus fans. Ellos fueron Litto Nebbia, Miguel Cantilo, Piero y Moris. No pocos se percataron del regreso de Miguel Abuelo, que primero conformó un trío y luego aumentó su banda hasta formar lo que serían los Abuelos de la Nada. El grupo Virus, liderado por Federico Moura, tocaba New-Wave que todavía no era muy valorizado por los músicos. Tuvieron que vivir eso en carne propia cuando se presentaron en "Prima Rock" en Ezeiza para mostrar en sociedad su gran trabajo " Wadu-Wadu" y los bombardearon con proyectiles. En marzo Serú Giran se separa porque Pedro Aznar decide continuar sus estudios en Berklee. Otros grupo que destacaban en la escena del momento era Alejandro Lerner.

La Guerra de Malvinas de 1982 trajo consigo la prohibición de pasar música anglosajona por las radios. Los programadores recurrieron entonces a las grabaciones de artistas argentinos. Fue el empujón clave para que el gran público conociera a todas esas expresiones jóvenes que en su momento marginaban. El 16 de mayo de 1982 se organizó en Obras Sanitarias el Festival de la Solidaridad Latinoamericana, para juntar ropa y alimentos para los soldados que combatían en Malvinas. Más de 60 mil personas estuvieron en el estadio, y muchos más siguieron las transmisión en vivo del concierto de Gieco, Spinetta, Mestre, Rada, García y Lebón (estos dos últimos ya habían desarmado Serú Girán en marzo), entre otros. La era de la masividad había llegado.

1982-1988

El fracaso en Malvinas marcó el comienzo del fin para la dictadura militar, con su consecuente apertura política e ideológica. El Rock Nacional, ya instalado, comenzó a crecer en cantidad y calidad de bandas. Los nuevos se sumaban a los clásicos, y el panorama se amplió. El 30 de octubre de 1983 los argentinos volvían a las urnas, con fondo musical rockero.

De Rosario llegó Juan Carlos Baglietto con su aire trovador. En su banda estaban nada menos que Fito Páez, y otros talentos como Silvina Garré y Rubén Goldín. Los Twist, liderados por Pipo Cipollatti, fueron los iniciadores de una corriente musical fresca, divertida, con letras bailables simples y alejadas de la canción contestataria de años atrás. Las chicas de Viuda e Hijas de Roque Enroll siguieron ese camino. Miguel Abuelo volvió al país y rearmó Los Abuelos de la Nada, esta vez con Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Cachorro López, Polo Corbella y Gustavo Bazterrica. Todos componían y cantaban en esa banda que se aprovechaba del pop, funk y reggae. La onda pop se insertaba con éxito, con Miguel Mateos como uno de los líderes de un estilo en principio muy criticado por los rockeros, pero luego aceptado.

El under tenía dos referentes importantes que con el tiempo llegaron a la cima: Sumo y Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota. Luca Prodan y el Indio Solari lideraban estas bandas que alcanzaron estatura de mito. Sus seguidores se definían como "gente del palo", y criticaban la ideología "comercial" de los grupos masivos.

Uno de los grupos más importantes del Rock Nacional grabó su primer disco en 1983. Definidos peyorativamente como "modernosos", los Soda Stereo dieron ese año su primer paso hacia el éxito. Comenzando con pop-rock para luego experimentar con otros sonidos e influencias, destrozarían las críticas y crecerían en popularidad disco tras disco.

En el año 1984 nació el éxito para GIT, un trío formado por Pablo Guyot, Willy Iturri y Alfredo Toth, que integraban la banda de Charly García. Con letras de amor en ritmo de rock, y apoyados en el característico sonido de la batería de Iturri, GIT fue el primer grupo argentino en editar un disco en Estados Unidos.

Ricardo Iorio creó V8, banda metal que duraría tres años. Luego formaría Hermética y Almafuerte y se convertiría en un ídolo de los amantes del rock pesado. Los Violadores surgieron con el punk y fueron uno de los grupos que más sufrió la represión en la primera mitad de los '80.

Sin dudas, 1985 fue un año de grandes discos: "Gulp!", de Los Redonditos, "Divididos por la felicidad", de Sumo, "Locura", de Virus, "Giros", de Fito Páez, "En el Opera", de Los Abuelos de la Nada y "Nada personal", de Soda Stereo. Miguel Mateos se presentó con Zas en el teatro Coliseo y grabó en vivo "Rockas vivas", el disco más vendido en la historia del Rock Nacional hasta 1992.

Un año más tarde editaron su primer disco nuevas bandas de estilos diferentes. Los Ratones Paranoicos mostraron su rock and roll clásico en una época moderna y pop, mientras que Los Fabulosos Cadillacs atacaron con el ska, al mejor estilo Madness. Con el tiempo, la banda de Vicentico incorporaría ritmos latinos, salseros y afros. Gustavo Cerati, además de Soda, integraba Fricción, una banda formada con su amigo Richard Coleman. Duraron dos años y editaron dos placas.

En 1987 explotaría el mercado del reggae cantado en inglés por bandas nacionales, espacio que Sumo ya venía frecuentando. El primer éxito comercial lo lograría La Zimbabwe Reggae Band, con su "Natty dread". Luego, Los Pericos venderían 180 mil discos de su "Ritual de la Banana".

1988-1994: De música ligera

La disolución de Sumo tras la muerte de su líder derivó en la formación de dos grandes bandas: Divididos, formada por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Federico Gil Solá, y Las Pelotas, integrada por Germán Daffunchio, Alejandro Sokol, Tomás Sussman, Marcelo Fink y Alberto "Superman" Troglio. Desde sus primeros conciertos crecerían en cantidad de seguidores y nivel musical. Divididos incorporó aires folclóricos a su música, consolidando una ola de apertura musical de los rockeros. Como antes lo hiciera León Gieco, desde entonces muchos se animarían a asomarse a la zamba, chacarera, vidala y hasta avanzarían sobre el tango.

La década del 90 se abrió con el éxito de nuevos grupos que pasaron a jugar en "las grandes ligas" del rock luego de mucho trajinar por el under. Attaque 77 colmó Obras con su punk. En la misma onda siguieron los 2 Minutos, oriundos de Valentín Alsina. Con un mensaje simple y directo, el llamado "rock chabón" de las bandas suburbanas tuvo sus primeras manifestaciones. La Renga editó un casete llamado "Esquivando charcos", que ponían en venta a la salida de los recitales. El grupo aún hoy lucha por mantener el modelo de autogestión que los llevó al éxito, aunque debieron ceder parte de la comercialización de sus placas.

El rap también logró buena repercusión. El dúo Illia Kuryaki and The Valderramas, formado por Emanuel Horvilleur y Dante, uno de los hijos de Luis Alberto Spinetta, debutó en 1991 con "Fabrico cuero". Y las chicas de Actitud María Marta atacaron con sus letras ácidas y potentes.

Los ritmos fiesteros y las letras divertidas se instalaron de una vez y para siempre con la multitudinaria banda Los Auténticos Decadentes, con hits como "Vení Raquel" y "Entregá el marrón". Estas canciones, ideales para las fiestas, serían tomadas como ejemplo por grupos posteriores como Kapanga o La Mosca. Bersuit Vergarabat, un poco más comprometida políticamente pero también adicta a la alegría musical, editaba su primera placa en 1992.

Los Piojos, surgidos en Palomar, aparecieron con sus influencias stone y del folclore rioplatense. La banda de Andrés Ciro fue señalada por los mismísimos Redondos como la revelación del Rock Nacional a mediados de los '90.

En 1992 Serú Girán volvió a reunirse para un disco y dos recitales en River, donde juntaron 120 mil personas. Y Fito Páez batió el record de ventas para un disco de Rock Nacional: más de 200 mil personas llevaron a sus casas "El amor después del amor".

 
 
   
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis