Cocho Pedraza
  Cultura y Folklore
 

CULTURA Y FOLKLORE                                        Roberto Herrera (Gracias Roberto)

 

Aportes de dos autores argentinos al estudio de las culturas populares: Adolfo Colombres y Néstor García Canclini.

Evolución del término cultura

 En la Antigüedad griega y romana, la palabra cultura refiere a la relación del hombre con el trabajo sobre la tierra y sus productos (cultura agris). Así, las tareas como sembrar, regar, limpiar, etc. se conocen como “labores culturales”.

  Es durante el Renacimiento que el término cultura adquiere un nuevo significado en relación al cultivo espiritual de la persona mediante las humanidades y las artes clásicas (cultura mentis). Así, se empezó a relacionar la palabra cultura con determinado tipo de educación. Entonces, había personas, grupos, actividades y objetos cultos e incultos.

  Luego, durante el Romanticismo se presta atención a las costumbres, gustos y creaciones que vienen del pueblo e inspiran a los artistas y filósofos de la época. También se comienzan a fundar asociaciones que se dedican a coleccionar objetos y registrar costumbres de los sectores populares.

  Es la Antropología como disciplina científica la que va a poner en cuestión durante los siglos XIX y XX, los distintos significados y alcances que tiene el término cultura.

Este hecho, propio del ser humano, se va a convertir en su objeto de estudio. Toda cultura se caracteriza por la producción y circulación de objetos materiales (bienes culturales) y objetos simbólicos o espirituales (valores). 

 El análisis de la cultura y el arte popular

   En los estudios sociales los objetos de estudio son construidos por los investigadores, no vienen natural y físicamente dados u ofrecidos para el  análisis de quien lo estudia. En la construcción del objetos de estudio (la cultura), Colombres plantea una disección social de la cultura (a cada sector social corresponde aproximadamente una clase o tipo de cultura). García Canclini, en cambio, propone la producción cultural actual como algo híbrido, heterogéneo y complejo, que hay que comprender e investigar de manera transdisciplinaria. 

La cultura según Colombres 

      Este autor plantea lo cultural como un sistema en el que se encuentran y oponen distintos tipos de culturas. Además, hace una pormenorizada clasificación de dicho sistema. A saber:                      

Culturas de élite: Hegemónicas (erudita, académica, “culta”, oficial,   alta,  etc.)

Culturas de y para las masas: Producidas  por los medios de comunicación.

Culturas populares: Mestizas rurales  (folklóricas) Urbanas  subalternas y Étnicas (originales y afro-americanas) 

      Según este autor, las culturas populares son la expresión de las mayorías, “los de abajo” de una sociedad de clases; que no son dueños de los medios de producción pero sí de la fuerza de trabajo. Estas culturas surgen como un modo de oposición y resistencia que tienen los sectores populares frente a la influencia de los sectores hegemónicos de una sociedad que las marginan, oprimen, influencian y distorsionan. Así, las clases dominantes pretenden imponer un proyecto ideológico de nación mediante la educación formal y los medios de comunicación que uniforman las posibilidades de expresión de los sectores populares. Este autor plantea como pregunta permanente: ¿Cuáles son los modos de producción, circulación y consumo de los bienes y valores culturales? ¿Quién crea, quien consume y en qué condiciones? 

 Al analizar la relación e influencia de las culturas de masas y las populares Colombres plantea de manera explícita y/o implícita las siguientes oposiciones: 

 

Culturas de masas

Culturas populares

Modo de producción
En serie
A mano/ artesanal

Modo de circulación y difusión

A gran escala (a través de los mass media)

Tradicional (transmisión oral, de generación en generación)

En relación al tiempo como valor

Importa el cambio, la moda

Importa la conservación y la permanencia.

¿Quién toma las decisiones acerca de lo que se produce, circula y consume?

Una empresa, el mercado, la ley de demanda y oferta

La comunidad. 
 

¿Qué funciones cumplen los productos culturales?

A nivel económico,  imponer un tipo de consumo.

A nivel simbólico, uniformar, globalizar, competir, vender una ilusión de igualdad. Los objetos son, por lo tanto, mercancías de una homogeneización cultural.

El sujeto masivo, “ladrillo de la sociedad capitalista”, es un desclasado, alguien sin conciencia de sí.

A nivel económico, subsistir.

A nivel simbólico, diferenciarse, auto-reconocerse y compartir.

Los objetos tienen relación con el uso y satisfacen una necesidad de subsistencia y de diferenciación cultural.

El sujeto popular es alguien con conciencia de sí mismo, con identidad.

 

Cuando plantea la oposición, Colombres propone que la peor influencia hacia las culturas populares viene de parte de las de masas por su capacidad de transvertirse y aculturar los productos populares, este  cuadro de Mario Bonfil Batalla lo explica claramente 

Decisiones
Propias
Ajenas
Elementos

Propios

Cultura autónoma
Cultura enajenada
Ajenos
Cultura apropiada
Cultura impuesta

 
 Procesos de:

Endo-culturación o socialización primaria. Es la incorporación inconciente de los bienes y valores culturales a través de las instituciones de la propia sociedad (familia, escuela, religión, club, etc).

Inculturación y apropiación. Incorporación conciente de bienes y valores propios (inculturación) o ajenos (apropiación).

Deculturación y aculturación. Cuando los bienes y valores culturales son enajenados y/o impuestos. Es lo que se conoce como dominación cultural.

   Para este autor la democratización cultural implica el acceso a los bienes universales de la cultura por parte de todos los sectores de la sociedad y el desarrollo de las culturas regionales.

El folklore: memoria colectiva e identidad de un pueblo

            El folklore es el conjunto de costumbres, creencias, relatos, saberes que constituyen la memoria colectiva de un pueblo. Esto otorga un sentimiento de cohesión e identidad a la comunidad que lo produce, porque permite el auto-reconocimiento y la diferenciación con otras comunidades. Podríamos decir que folklore es todo lo que un pueblo conoce y lo diferencia de otro. Es su forma particular de ser. Lo cual se puede constatar en múltiples aspectos: el contacto con una geografía determinada, la pertenencia a un grupo humano, la comunidad en una lengua, la referencia a una historia común, el compartir un sentido de la vida, el tiempo, el trabajo, la fiesta, el dolor, etc.

Podemos analizar al folklore de cualquier región de nuestro país desde una triple mirada:

            a) Como “sedimento” cultural: Este verdadero mosaico o aluvión cultural ha quedado conformado en nuestro país de la siguiente manera:

                        inmigrantes                                     (Siglos XIX y XX)

                        africanos                                          (Siglos XVIII y XIX)

                        conquistadores y colonos españoles     (Siglos XVI al XVIII)

                        naciones indígenas originales                (Desde hace 10 000 años hasta la actualidad)

En cualquier hecho u objeto folklórico queda el registro de las distintas culturas que se fueron sedimentando a través de los tiempos.

b) Como “vitrina” cultural:  En los hechos folklóricos se muestra la relación del hombre con el paisaje, con el otro y con lo que ese hombre entiende que es la trascendencia. Hay allí constataciones de la vida, verdades que no están demostradas científicamente. Allí están sus expectativas de vida, sus deseos, sus frustraciones, alegrías y dolores.

c) Como “cantera” cultural: los hechos folklóricos constituyen una reserva de elementos que permiten y proveen a los creadores y artistas de materiales para su propia producción (temas, ritmos, melodías, instrumentos, etc). En este sentido no es lo mismo el folklore literario que la literatura folklórica. En música, diferenciamos el folklore musical (Ej: el canto de una coplera) de la música de raíz folklórica (Ej: Mercedes Sosa) y de las fusiones con el folklore (Ej: Divididos)

¿Qué características tienen los hechos, acontecimientos y objetos a los que llamamos folklóricos?

Son populares: pertenecen a la vida cotidiana de un pueblo. Es decir, son producidos y reproducidos por la gente común en su vida de todos los días.

Son tradicionales. Se transmiten y aprenden (generalmente de manera oral) de una generación a otra. Este proceso es fuertemente dinámico e implica tanto la conservación como la renovación y adaptación que cada generación hace de lo que hereda a la generación anterior. Las variantes de un mismo hecho folklórico son la verificación de este proceso dinámico de transmisión.

Son colectivos. Los hechos folklóricos son considerados como un patrimonio de la comunidad y no de un individuo solo.

Son anónimos. Esta característica se relaciona con las dos anteriores. Significa que tuvieron un autor o creador pero que el mismo se perdió en la transmisión generacional.

Son vigentes. Se realizan en la comunidad mientras cumplen alguna función (laboral, festiva, religiosa, normativa, lúdica, artística, etc); de lo contrario, se pierden.

Se localizan regionalmente. Las características geográficas de una región van a condicionar y particularizar a la cultura que se desarrolle en ella.

El folklore de nuestro país no es uno sino que es múltiple y está conformado por las diversas culturas mestizas tanto urbanas como rurales que pertenecen a cada región de Argentina.

           
 
 
   
 
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